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Foo Fighters // Crédito: Gety Images

‘One by One’, el álbum de Foo Fighters que superó la tensión y terminó siendo un éxito rotundo

‘One by One’ fue un punto de inflexión para Foo Fighters, una banda que, tras varios éxitos, enfrentaba tensiones internas y crisis.

Julio César Escovar

Cuando los Foo Fighters entraron a grabar ‘One bye One’, su cuarto álbum de estudio, enfrentaban un momento importante para la banda. Aunque ya habían logrado varios sencillos exitosos en sus discos anteriores como ‘Everlong’, ‘My hero’, ‘Learn to fly’, ‘Big me’ y con sus dos álbumes previos habían llegado al top 10 de ventas en EEUU, incluso ‘There is nothing left to lose’ había ganado el Grammy a álbum rock, este era un momento vital en el que debían aprovechar la atención y el éxito logrados, pero la máquina no quería volar.

No es secreto que las grabaciones tuvieron mucha tensión, en un momento la banda se refirió a ellas sarcásticamente como “los demos del millón de dólares” y que tuvieron que parar y empezar de cero. Además, Taylor Hawkins, quien se había sumado a la banda en el álbum anterior, había sufrido una sobredosis durante la gira en el 2001 obligándolos a cancelar las fechas restantes. En un momento Dave Grohl decidió irse a grabar con los Queens of the Stone Age su álbum ‘Songs for the deaf’, algo que inevitablemente generó la pregunta, ¿la banda va a seguir?

Es cierto que el escenario estaba lejos de ser el ideal, sin embargo, Dave Grohl desde el principio le dejó saber a los integrantes de la banda que su trabajo junto a los QOTSA era temporal y que volvería a lo suyo, los Foo Fighters eran su familia. Debe ser por esto que tomó la decisión de detener el trabajo que llevaban y empezar de nuevo, a veces con la familia es mejor así.

Los Foo retomaron grabaciones en el estudio de Grohl en Virginia, junto a Adam Kasper el productor de ‘There is nothing left to loose’, pero esas sesiones tampoco fluyeron y la banda se reubicó en los Conway Studios en Los Ángeles. Ahora con Nick Raskulinecz en la producción, dichas sesiones fluyeron mejor y se grabaron 29 canciones, aunque la banda seguía insatisfecha muchas cosas empezaron a tomar forma, entre ellas ‘Times like these’.

Un éxito rotundo

Sin embrago el escenario de reinicio resultó benéfico para la banda, permitiéndole a los integrantes liberar la tensión existente y dejarlo todo en las canciones. El enfoque en las grabaciones revelaba mucha energía, capturaba mejor lo que transmitía la banda al subirse a una tarima y su primer sencillo ‘One by one’ fue una muestra clara de esto.

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Los Foo Fighters lograron descifrar en el caos cuál era la clave que mejor les resultaba para grabar y de paso entender la mejor forma de explorar su música más allá de un trío, ya que este era el primer disco de la banda con Chris Shiflett en la guitarra.

‘One by One’ fue el primer álbum Top 3 en Billboard de los Foo Fighters y su primer número 1 en Reino Unido. Fue un paso necesario con tensión y riesgo en una historia de rock que la banda sigue construyendo, llenando un estadio a la vez con conciertos en los que no pueden faltar como mínimo ‘One by One’ y ‘Times like these’, canciones que sin un reinicio, no hubieran existido.

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