Juan y el secreto de la felicidad: editorial Juan Kiss

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Juan y el secreto de la felicidad: editorial Juan Kiss

En un nuevo editorial, Juan Kiss piensa en el verdadero significado de felicidad.

Juan Kiss

Un domingo por la tarde me aventuré a ver una película llamada, ‘Héctor y el secreto de la felicidad’, estaba esperando para verla con mi esposa Tata, pero como se fue de paseo al mar con mi hija Alejandra, tomé la decisión de verla solo.  Por lo general cuando estoy solo, veo otro tipo de películas, históricas, por ejemplo, divertidas, de aventuras, acción y también repito muchas películas, plan que no puedo hacer con Tata, ella odia repetir películas, a mi sí me gusta mucho.

La película tiene un muy buen reparto, es protagonizada por Simon Pegg, un inglés que siempre he pensado es un muy buen actor, además de ser polifacético, ha hecho casi de todo, acción, terror, comedia y ahora este drama romántico. Simon Pegg nació el 14 de febrero de 1970 en Gloucestershire, Inglaterra. Es un actor y escritor, conocido por ‘El despertar de los muertos’ (2004), ‘Bienvenidos al fin del mundo’ (2013), ‘Hot Fuzz’, ‘Superpolicías’ (2007) y ‘Misión: Imposible’, entre muchas otras más.

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Pegg está acompañado además de Christopher Plummer, Jean Reno y la siempre maravillosa Toni Collette.

El argumento y la historia son simples, Héctor es un psiquiatra que siente que traiciona a sus pacientes porque ninguno de ellos muestra mejoría alguna. 

Entonces, habla con su novia con quien tiene una relación estable y emprende solo un viaje por el mundo, en busca del verdadero significado de la felicidad.

Desde muy joven soy un enamorado del cine, he visto mucho y eso se lo debo a mi padre. Por lo general, busco cine divertido, de aventuras, de acción, comedias románticas y muchas películas de pistoleros e históricas, es decir, para resumir esto, no tengo un género favorito.

Pero sí hay películas en las que tengo que ceder algo de mis gustos, para poder verlas con Tata, es decir, es una negociación, ella cede y yo también, nos gusta ver películas juntos. 

Esta es una de esas, pero decidí verla solo, me gusta cómo trabaja ese actor Simon Pegg.

Es una buena película y toda esta descripción de lo que narra, para preguntarme, como lo hace el actor, ¿soy feliz?

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¿Cuál es el secreto de la felicidad?

Hay un momento en el que se plantea que cuando éramos niños, siempre éramos felices, puede que en muchos casos esto sea cierto, pero en muchos otros, no. En mi caso puede que sí. No, corrijo, estoy seguro de que sí, tuve una infancia muy feliz, con momentos y situaciones no tan felices, pero nada grave, por ejemplo, la ida al colegio.

Yo era miserable yendo al colegio, para mí era lo peor, un infierno, para desgracia de mi padre que amaba el estudio y la intelectualidad y es precisamente esa una de las tantas razones del porque yo odiaba el colegio, la presión era muy fuerte.  Todo mundo en la UPB conocía a mi papa, era ya una leyenda, entonces las comparaciones siempre estaban en boca de todos. “Con ese papá, me imagino que usted debe ser un estudiante modelo”, todos desde profesores, directivos, secretarias y hasta los vigilantes.

Yo era un muchacho muy tímido, flaco, chiquito y para acabar de ajustar, sin cejas, me decían chinga (un término antioqueño para acuñar con ese apodo a alguien muy flaco y chiquito). Fui víctima de matoneo, muchas veces. El colegio no era lo mío, no era que no me gustara estudiar, mi problema era el colegio, los profesores, la gente y los bullys. 

Era infeliz de 7 de la mañana a 1 de la tarde, pero después felicidad absoluta, salía en bicicleta para mi casa, tenía una Mongoose poderosa con rines de teflón azules.  Llegaba y mi mamá ya me tenía el almuerzo servido, caliente y delicioso, mi mamá siempre ha sido una excelente cocinera. Después, música y más música, dormía 1 hora de siesta y a las 3:30 pm salía en cicla de nuevo a entrenar natación, en el club de natación de la UPB, de 4 a 7 de la noche, de lunes a viernes y en el agua no era ni chiquito, ni flaquito, ni débil, ahí adentro era fuerte y rápido, amaba nadar, todavía amo nadar, nadando soy feliz.

Le pedí a mi papá que me metiera a clases de natación a los 10 años, después de una vergüenza pasada en una piscina de un club, en donde mis primos se burlaron hasta el cansancio de mí porque “chinga” no sabía nadar y era siempre pegado del muro, muerto de miedo.

Al lunes siguiente ya estaba en clases de natación en la piscina olímpica de la unidad deportiva Atanasio Girardot de Medellín.

Después de terminado el curso y aprendidos a la perfección los cuatro estilos, espalda, pecho mariposa y libre, el profesor, don Jerónimo le dijo a mi padre: debería considerar buscarle un club para que comience a entrenar, el muchacho tiene aptitudes para la natación”, y así fue.

Llegaba de entrenar y mi mamá siempre me recibía con un plato de hogao de tomate con arepa, siempre. Eso era felicidad para mí.

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¿Qué me hace feliz?

Muchas cosas me hacían feliz, estar en la biblioteca de mi papá con él, escuchando radio y leyendo, me sentía feliz y seguro ahí.

Salir a montar en bicicleta, jugar fútbol, aunque jugué solo hasta los 13 años, jugar baloncesto me hacía feliz. Además de que estos deportes me hicieron crecer y aumentar mi masa muscular, dejé de ser la chinga, y hasta las cejas crecieron, un poco, pero crecieron.

Estar en mi cuarto con dos o tres amigos escuchando hard rock y heavy metal en junio de 1984 me hacía inmensamente feliz.

Luego ya más viejo, llegó la radio, que me ha hecho muy feliz, presentar canciones y contar historias es de lo que más disfruto en la vida. Estar en casa con mi mujer y mis hijos, sentarme a comer una comida que me guste mucho, me hace feliz, tomarme unos tragos, solo, escuchando la música que me gusta y con un buen par de audífonos, eso también me hace feliz.

Los sábados en la mañana, me hacen feliz. El sábado es mi día favorito de la semana desde que tengo memoria. Cuando era apenas un muchacho me levantaba temprano, tipo 6 am, salía a montar en bicicleta y a jugar basket, pero a las 9 am volvía muy cumplido a mi casa porque tenía una cita inaplazable, el desayuno frente al televisor Sharp de 21 pulgadas a color para ver los super amigos, eso me hacía feliz.

Los sábados siguen siendo mis favoritos, ahora me siento frente al televisor a ver los partidos de fútbol de Inglaterra y de Italia, ¡Go Liverpool! ¡Forza Napoli! Eso me hace feliz, mientras cocino, preparo el almuerzo, los sábados y domingos me toca hacerlo a mí, sancocho, frijoles, sudados o una que otra pasta, cocinar también me hace feliz. 

De las cosas que me dejó esta película es la idea de que todos esos pequeños momentos son la felicidad, no se necesita nada del otro mundo para ser feliz. Además, también plantean algo muy poderoso: un monje, que es uno de los personajes, le dice al protagonista o más bien, el protagonista le dice a él…todos tenemos la obligación de ser felices”, el monje asiente con la cabeza en señal de aprobación. Seamos felices entonces.

Ahora que veo cerca mi jubilación, estoy a cuatro años, ya hace rato cumplí las semanas requeridas, solo me falta la edad, espero ir a retirarme a Doradal, a hacer todo lo que me hace feliz, y, además, también, a no hacer nada de vez en cuando, eso es felicidad también.

Soy un tipo feliz, esa es la verdad, por eso les pregunto… ¿Son ustedes felices?

Rock n’ roll forever my Friends!!!

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