Scorpions// Créditos: Getty Images

El sonido inigualable de Scorpions que los convirtió en los reyes del heavy metal y hard rock

Juan Kiss

El primer disco que tuve de Scorpions llegó a mis manos en 1980, un regalo en casete que me hizo mi amigo Alex Oquendo, vocalista de Masacre, era el Tokyo tapes, álbum en vivo, amor a primera escuchada. De ahí en adelante le seguí la pista a Scorpions, ininterrumpidamente, hasta el álbum ‘Face the Heat’, de 1992. 

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Después del casete de regalo en cuestión siempre estuve atento a la carrera de esta banda alemana y tuve, además, la fortuna de hacerlo en tiempo real, es decir, cada álbum que salía lo conseguía. En 1979, publicaron el ‘Lovedrive’, álbum que marcó la llegada de uno de mis guitarristas favoritos, Matthias Jabs, quien tuvo la difícil tarea, a pesar de su juventud, de reemplazar a un par de leyendas, Uli Jon Roth y Michael Shenker, el hermano menor del fundador de la banda, Rudolf Shenker.

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Además de que la tarea no era nada fácil, tuvo que lidiar también con problemas internos, peleas, que le tocó vivir mientras se acoplaban a su nueva banda; la pelea era específicamente entre los dos hermanos Shenker, el menor, que iba de salida, porque su hermano no le daba los créditos de composición de varias canciones de la banda.

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UN SONIDO INIGUALABLE

Después del ‘Lovedrive’, vendría una seguidilla de álbumes impresionantes, ‘Animal Magnetism’ en 1980, de mis favoritos, así algunos críticos no opinen lo mismo. Este álbum tiene canciones como:  ‘Make It Real’, ‘Don’t Make No Promises (Your Body Can’t Keep)’,  ‘Twentieth Century Man’ y  ‘Lady Starlight’. 

Y de ‘The Zoo’, la canción que se volvió uno de sus mayores clásicos, sin ayuda de la radio comercial, era una canción muy larga, lenta y heavy como para programarla en una emisora comercial, pero fuimos los fans los que la convertimos en lo que aún hoy es, obligada en todos los conciertos. Fue una de las primeras canciones que me aprendí, de oído, en guitarra, además de ese intro poderoso, está el riff hipnótico que la acompaña y un solo de guitarra maravilloso con un efecto llamado Talk Box, ejecutado a la perfección por Matthias Jabs.

Ese efecto Talk Box ya lo había hecho muy famoso Peter Frampton en vivo en al álbum ‘Frampton Comes Alive’, de 1976 y lo haría aún más popular Richie Sambora en la canción de ‘Bon Jovi’ de 1986. Después vendría en la carrera de Scorpions, el álbum que les abrió las puertas no solo del mercado norteamericano, sino también las puertas de todos los festivales de rock, el poderoso ‘Blackout’ de 1982.

Este clásico tiene canciones como: ‘Blackout’, ‘Can’t Live Without You’, ‘No One Like You’, ‘You Give Me All I Need’, ‘China White’ y ‘When the Smoke Is Going Down’. En 1984, llega el disco que los hace superestrellas en Norteamérica, el ‘Love at First Sting’, con un hard rock supremamente digerible y no solo por los die hard fans metaleros, sino también por aquellos que no eran metaleros.

Algo muy similar a lo que hizo Judas Priest con el ‘British Steel’ en 1980 y fórmula que luego repetiría Metallica en el álbum ‘Negro’ de 1991, un disco de metal, que le puede gustar a todo el mundo. Después en el 85, el álbum doble en vivo, el ‘World wide live’ y el siguiente en estudio, injustamente vapuleado por la crítica, pero de mis favoritos, el ‘Savage amusement’. Con este disco, Scorpions cerraría la década de los 80’s, un sorprendente desfile de álbumes que los confirmó como lo que son, una de las más grandes bandas de Rock de la historia, aunque muchas revistas “especializadas” no los consideren así.

Rock n’ roll forever!

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