El Atlético Bucaramanga está atravesando uno de los momentos más importantes en los últimos años. Los santandereanos buscarán la posibilidad de conquistar su primera estrella, es una reñida final donde se enfrentarán al Independiente Santa Fe.
Luego de imponerse en un grupo donde se midió a Millonarios, Deportivo Pereira y Junior de Barranquilla, el Atlético Bucaramanga se prepara para una contienda clave en su trayectoria como club.
Sin embargo, algo poco sabido en la historia de este equipo, es que un jugador relaciona al club con Radioacktiva, y con una de sus personalidades más reconocidas.
El familiar de Juliana Casali que estuvo en Atlético Bucaramanga
Una de las locutoras más mencionadas de los últimos años en Radioacktiva, es la argentina, Juliana Casali. La mujer ha participado en programas icónicos como ‘El Gallo’, lo que le ha permitido ganarse el cariño de los oyentes.
Pero, una particularidad, es que su abuelo fue futbolista, y además logró tener un paso extenso por el fútbol profesional colombiano.
Eugenio Narciso Casali era un reconocido defensa del fútbol argentino. El hombre tuvo una larga trayectoria en el fútbol nacional desde 1956, cuando llegó al Atlético Bucaramanga, hasta el año 1961.
Crédito: Radioacktiva.
En el balompié argentino, Casali llegó a vestir las camisetas de Ferrocarril Oeste, Club Atlético Talleres, y también el histórico, Independiente de Avellaneda.
En Colombia de manera particular logró estar en Deportivo Cali, Independiente Medellín en dos ocasiones, Atlético Nacional, y Deportes Quindío, además del club santandereano ya mencionado con anterioridad.
El papel de Eugenio Casali en el campo
Casali es reconocido como un jugador histórico por muchos fanáticos del Bucaramanga. El jugador que se desempeñaba como central, lateral e incluso como mediocampista. Fue parte de la plantilla del club en dos campañas históricas para el equipo santandereano, ya que lograron 2 terceros puestos casi consecutivos.
Del mismo modo, en el Deportivo Cali, Casali llegó a ser subcampeón del fútbol nacional en el año 1962, solo por detrás de Millonarios.
Los bumangueses lo recuerdan como un defensor de oficio, bueno para el marcaje, e incluso una de sus mayores virtudes era el cabezazo, el cual no solo le permitía ser clave para la defensa, sino también una amenaza aérea en ataque.
El cariño recibido por Casali fue tal, que incluso luego de su retiro futbolístico se estableció en Bucaramanga, donde también poco después de su llegada conoció a Gloria Mattos, quien fue su pareja.
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