Para entrar de una vez en terrenos espinosos pero divertidos, ¿sabía usted que ‘Appetite for Destruction’ de Guns N’ Roses estuvo a punto de ser producido por Paul Stanley, de Kiss? Afortunadamente, no fue así. Aunque se dieron varios encuentros entre los miembros de la banda y el posible productor, el proyecto no despegó. A pesar del interés de Paul Stanley, su agenda con Kiss, que incluía los últimos retoques a ‘Crazy Nights’ y la posterior gira, no se lo permitió.
Aquí es importante subrayar que no es que el maestro Starchild no tuviera el talento para hacerlo, ni más faltaba, pero hubiera sido un disco diferente. Algunas de las cosas que hacen grande este disco son su sonido a calle, a banda de garaje, con trazos de punk y con más de una producción de un álbum de los 70’s que de los 80’s.
1987, fue un año maravilloso para el rock n’ roll, nos regaló álbumes como ‘Hysteria’ de Def Leppard, ‘Girls, Girls, Girls’ de Mötley Crüe y ‘Permanent Vacation’ de Aerosmith, pero también, era una época en la que todas las bandas se parecían y se copiaban unas a otras. Todos querían sonar como Def Leppard y todos querían verse como Jon Bon Jovi. Alguien tenía que hacer algo, algo diferente, como lo hicieron los Beatles, Black Sabbath, Metallica y Van Halen en sus respectivos debuts.
Con todo el talento del mundo, lo lograron y terminaron salvando el rock and roll de su propia destrucción. Gracias a la vida y gracias a Guns N’ Fucking Roses por este álbum tan maravilloso que, para alegría y suerte de todos nosotros, salió en una semana como esta en 1987.
¡Rock and roll forever, my friends!
Juan Kiss
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