En un video difundido por la tiktoker Lady Daniella, El Avispa cuenta su historia: “Soy tan avispado que me inventé el motel de los habitantes de calle porque todos tenemos derecho a hacer el delicioso. Yo veía a mis amigos de la calle haciendo cosas que no deberían en las esquinas. Así que decidí montar mi negocio porque ellos también tienen derecho a tener su intimidad, igual que cualquier persona”.
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Este improvisado motel está ubicado en un lote de Bogotá y ha sido construido con materiales reciclados como palos, latas, sábanas y lonas, creando habitaciones, una sala de espera, un parqueadero y una suite. Los colchones y sillas provienen de desechos recogidos de residencias, según explica El Avispa. El establecimiento opera las 24 horas del día, siete días a la semana, y es atendido por El Avispa y su esposa, quienes se turnan para mantener el negocio en marcha. En un día, pueden ganar entre $20.000 y $50.000 pesos.
El costo por utilizar una de las habitaciones es de mil pesos por diez minutos, aunque el precio puede variar según la capacidad económica de los usuarios. La suite, que cuenta con almohada y cobija, cuesta dos mil pesos y ofrece un tiempo de uso más prolongado.
“Esta es la mejor, cuesta dos mil pesos, ni al perro se la dejo en mil. Aquí va a traer a su primera dama y si no me da dos mil, no entra, porque tiene almohadita y cobijita”, detalla orgulloso El Avispa.
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Las reacciones en redes sociales han sido diversas, pero en su mayoría positivas. Muchos ven en esta iniciativa una solución creativa a un problema común. “Me parece una gran idea, es mejor que haya exhibicionismo en la calle”, comenta un usuario. Otro añade: “Gran emprendimiento, lo haré por donde vivo para evitar que la gente se esconda en los montes”.
El Avispa tiene reglas claras para su negocio: diez minutos por habitación y nada más. “Aquí llegan y me preguntan: ‘¿cuánto tiempo?’. Yo les digo, diez minutos, nada más: tin, tan, tun y fuera. No pueden hacer otra cosa. A veces hay hasta cinco o diez personas esperando fuera de la puerta para entrar. Por eso, solo son diez minutos”, enfatiza.
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El negocio sigue prosperando, y El Avispa afirma que, si es desalojado del terreno, simplemente trasladará su motel a otro lugar. Además, menciona que en fechas especiales como el Día de la Madre, el Día del Padre y el Día del Amor y la Amistad, el motel siempre está lleno, demostrando la demanda y aceptación de su particular iniciativa.