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Final de ‘Joker 2 Folie à Deux’ explicado: lo que no vio venir (alerta spoiler)

Le contamos porque esta segunda entrega está causando tanta polémica entre los críticos

Santiago Sánchez
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Crédito: Warner Bros
En Joker 2: Folie à Deux, la secuela del exitoso Joker (2019), Arthur Fleck regresa, pero con una propuesta completamente distinta a la de la primera película. En esta entrega, el tono sombrío y realista se combina con el género del musical, lo que le otorga una atmósfera distinta y menos predecible. Si en la primera película veíamos una clara influencia de El rey de la comedia de Martin Scorsese, esta secuela parece tomar más elementos de Bailar en la oscuridad de Lars Von Trier.

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La trama sigue a Arthur, ahora encarcelado en Arkham Asylum, enfrentando un juicio que busca definir su responsabilidad por los crímenes que cometió. Su abogada intenta defenderlo, argumentando que Joker es solo una personalidad creada por los traumas de su infancia, y que Arthur, en su esencia, no es malo. Sin embargo, a lo largo de la película, esta defensa se tambalea.

Final explicado Joker 2: Folie à Deux (alerta spoiler)

Uno de los personajes clave es Harley Quinn, interpretada por Lady Gaga, quien aparece como una seguidora fanática de Joker. Ella no está interesada en Arthur Fleck, sino en la figura anárquica y caótica de Joker. Le anima a retomar esa identidad para aprovechar el apoyo de sus seguidores y salir victorioso del juicio. Sin embargo, Arthur da un giro inesperado en medio de la audiencia al confesar que no hay una distinción entre él y Joker; es solo él mismo, un asesino con problemas mentales.

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Este momento marca un punto de ruptura en la narrativa, destruyendo cualquier rastro de la figura idealizada del Joker que Harley y otros han creado en sus mentes. La película utiliza este punto para deconstruir la idea de Joker como símbolo de rebeldía o justicia violenta. Arthur admite que Joker no es más que una máscara que usaba para ocultar su propia locura, lo que provoca el distanciamiento de Harley.

En el clímax, tras escapar de un atentado y reencontrarse con Harley en las icónicas escaleras de Gotham, Arthur ya no es visto por ella como el símbolo que admiraba. Ella se aferraba a la fantasía, creyendo que el caos de Joker era lo que el mundo necesitaba. Sin embargo, al ver que Arthur ha destruido esa ilusión, pierde el interés en él. La revelación de que Harley está embarazada de Arthur también se revela como otra mentira que refuerza la idea de que la fantasía era lo único que le quedaba.

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Este final deja claro que, mientras algunos buscan aferrarse a la fantasía para lidiar con una realidad deshumanizante, Arthur decide abrazar la sinceridad: el Joker nunca fue un símbolo de resistencia, sino simplemente un hombre roto.

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