Cartagena es uno de los destinos favoritos por los turistas, tanto nacionales como extranjeros. Sin embargo, con el tiempo, muchos viajeros han optado por no visitar dicha ciudad debido a los frecuentes casos de estafa que se presentan en las playas y lugares turísticos de la capital de Bolívar.
Desde hace algún tiempo, los vendedores y comerciantes de Cartagena se han ganado una ‘mala fama’ por cobrar valores excesivos al ofrecer ciertos productos. Muchos son los casos en los que los trabajadores locales se aprovechan de los turistas para cobrar altas sumas de dinero a cambio de comida, bebidas y otros servicios.
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Alimentos como las mojarras, las limonadas y ciertas bebidas alcohólicas, así como los servicios de sillas, parasoles y masajes en las playas son los principales productos por los que los comerciantes de Cartagena han llegado a cobrar altas sumas de dinero.
Al respecto, un ‘youtuber’ extranjero, identificado como ‘Zazza, el italiano’, grabó un video en Cartagena, fingiendo ser un turista sin experiencia. La idea del creador de contenido era caer de forma intencional en los engaños de los comerciantes de dicha ciudad.
En un video, que dura aproximadamente 45 minutos, el youtuber se dispuso a caminar por las playas de Bocagrande, una de las más turísticas de Cartagena. Fue allí cuando se encontró con uno de los cobros más inauditos.
Según se puede observar en el video, el extranjero le preguntó a un hombre de la zona para encontrar una dirección. Sin embargo, además de darle la respuesta, este se atrevió a cobrarle $10.000 bajo la excusa de que le “propina”.
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En ese mismo instante, se le acercó otro vendedor, ofreciéndole bebidas y comidas. Además de pedirle que dejara de grabar, ya que se atrevió a venderle drogas.
Luego, pasados unos minutos, se le acercaron más personas a venderle una cerveza por $10.000. Dicho valor lo argumentaron bajo la excusa de que, dentro del precio, iba incluida una propina para un hombre que ni siquiera trabajaba en ese kiosko.
En menos de 10 minutos, el italiano fue abordado por dos mujeres que le ofrecieron masajes y, sin él autorizarlo previamente, lo fueron masajeando. Finalmente, le cobraron entre 60 mil y 100 mil pesos, cada una.
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