¿De dónde salió el mito de quedarse pegado en Semana Santa?
Probablemente lo ha escuchado, pero ¿sabe de dónde salió?
La Semana Santa es una época de reflexión para los fieles de la religión católica-apostólica-romana. Muchas personas aprovechan para hacer todo tipo de rituales santos para conmemorar la crucifixión y resurrección de Jesucristo.
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Esta semana tiene cuatro días festivos y muchos ciudadanos aprovechan para irse de vacaciones y también tener descanso. La religión tiene estipuladas varias practicas que las personas no deberían hacer durante este tiempo.
Dentro de las creencias se encuentra que las personas no deberían bañarse en ríos pues podría causar que se conviertan en pez. Otra también dice que no se debería trabajar el Jueves y Viernes Santo, pues los fieles se deberían concentrar en hacer reflexiones y oraciones.
Otra de los mitos que se tiene en Semana Santa es que las personas no deberían tener relaciones sexuales, especialmente el Jueves y Viernes. Esto, porque se podrían quedar pegados, ya que se considera un pecado hacerlo en esas fechas.
¿Cuál es el origen?
El profesor de historia cristiana Denis Janz, de la universidad Loyola, en Nueva Orleans, habló con ‘Aleteia’ y explicó detalles sobre esta creencia. Comentó que esto inició en los siglos XIV y XV.
Esta fue una conclusión a la que llegaron luego de descubrir que hubo un descenso de la cifra de nacimientos después de cuaresma, durante esos años.
Además, también se habla de esta creencia porque el Viernes Santo, específicamente, es un día de luto. Es recordado por la muerte y crucifixión de Jesús de Nazaret.
La iglesia en varias ocasiones aseguró que, más allá de tener un ayuno o abstinencia, lo que se pide es reivindicarse de las malas acciones que pudo cometer.
“El Viernes Santo se deben evitar las acciones que pueden lastimar a las personas y tener una buena relación con la familia. Más que hacer ayuno y mantener la abstinencia, lo que pide la Iglesia en esta temporada es afianzar esas relaciones y reivindicar nuestras malas acciones”, dijo Luis Carlos Ayala de la Diócesis de Zipaquirá.
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