Al respecto, se conoció la historia de una mujer que se dio cuenta de que algunos medicamentos le hacían daño porque, cada vez que los ingería, sentía un extraño hormigueo y picazón en ciertas partes de su cuerpo.
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Aunque, en un principio, pensó que todo se debía a que el medicamento estaba haciendo su efecto, con el paso del tiempo se dio cuenta de que los síntomas empeoraban cada vez que tomaba alguna de esas drogas.
Los síntomas la llevaron a consultar a un médico y fue allí cuando se dio cuenta de que su cuerpo no toleraba los medicamentos AINEs (Antiinflamatorios no esteroides), los cuales se usan para tratar el dolor agudo. Entre ellos, está el diclofenaco, ibuprofeno, paracetamol, dipirona, entre otros.
Después de saber la lista de medicamentos a los que la mujer, identificada como Munaretti Selbach, era alérgica, vivió dos grandes sustos que la llevaron a tomar la decisión de tatuarse la lista de drogas que no podía ingerir.
El primer susto ocurrió cuando se sometió a una cesárea por el nacimiento de su primer hijo, pues los médicos le inyectaron un medicamento antinflamatorio que la hizo sentirse muy mal. “Mi cuerpo hormigueaba, mi glotis se cerró, ya no podía hablar y tenía dificultad para respirar. Casi muero”, narró la mujer a BBC
Luego, volvió a pasar un susto similar cuando dio a luz a su segundo hijo. En esa oportunidad, el equipo médico volvió a darle uno de los medicamentos a los que es alérgica causándole nuevamente una afectación a su salud.
Por tales motivos, la mujer tomó la decisión definitiva de tatuarse la lista de medicamentos a los que es alérgica, con el fin de que, si alguna vez tiene un accidente y pierde la consciencia, no le den ese tipo de drogas.
“Mi mayor preocupación es tener un accidente, perder el conocimiento y no poder explicar mis alergias. Usar una cadena que describa las alergias o escribirlo en mi billetera o celular no me funciona, porque en el momento de una emergencia, nadie mirará. Con todo ya escrito en mi brazo, no hay forma de que no lo vean”, contó Munaretti.
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