TransMilenio ha sido una solución efectiva para la movilidad de millones de ciudadano de Bogotá. Sin embargo, debido a su popularidad y la alta afluencia de pasajeros, también presenta ciertos riesgos y hasta se conocen las 10 estaciones más inseguras.
Es usual que mientras está bien ‘espichado’ en el bus intente evadir las miradas de las personas viendo hacia el techo y de seguro ha leído el aviso en las puertas que dice “no pararse sobre la franja amarilla por su seguridad”, eso si no corre con la suerte de poder dormir todo el camino, incluso en posiciones extrañas que luego se hacen virales en redes.
Uno de los peligros más notorios es la tendencia de algunas personas a pararse en la franja amarilla que separa la plataforma de la estación del bus o en las puertas de los articulados, pero para nadie es un secreto que muchas veces no depende del usuario, si no de las condiciones.
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Por eso, para aclarar el porqué de ese popular aviso del transporte masivo de la capital le contamos cuál es el riesgo, pero también las medidas que los usuarios y las autoridades pueden tomar para mitigar los peligros.
La directora técnica de Seguridad de TransMilenio, Luz Janeth Forero, expresó en las redes de la empresa que “esas son zonas seguras en las que su vida puede ser protegida, se reduce la posibilidad de caer a la vía, ser impactado al paso de los buses o ser aprisionado al cierre de las puertas”.
Los autobuses de Transmilenio son vehículos grandes y pesados, por lo que cuando se detienen en la estación, pueden crear un espacio inestable entre la plataforma y el bus. Si un pasajero intenta subir o bajar de manera apresurada y pierde el equilibrio, puede sufrir una caída grave, lo que podría resultar en lesiones físicas importantes.
La franja amarilla no es un lugar seguro para pararse, ya que los buses pueden entrar o salir de la estación en cualquier momento. Si alguien está parado en esta zona, puede ser golpeado por el bus en movimiento, lo que podría ocasionar lesiones.
El espacio en la franja amarilla es limitado, cuando las personas deciden pararse allí, puede generarse una aglomeración de pasajeros. Esto puede conducir a situaciones estresantes y aumentar la probabilidad de que alguien sea empujado accidentalmente hacia lugares inseguros.
Si los pasajeros bloquean la entrada o salida del bus, se retrasa el proceso de embarque y desembarque, lo que puede generar atrasos en el servicio y afectar a los usuarios que esperan en otras estaciones.
Una de las cosas que se ven en otros países y que se vio bastante cuando Antanas Mockus, que padece de parkinson, fue el alcalde de Bogotá, fue las campañas de sensibilización y educación sobre los peligros de pararse en la franja amarilla. Estas campañas deben destacar las consecuencias graves que esta práctica puede tener para la seguridad de los usuarios y así empezar a cambiar la cultura ciudadana.
Otra de las soluciones podría ser colocar señales adicionales y mensajes claros en todas las estaciones para recordar a los pasajeros que no deben pararse en la franja amarilla.
Los peligros de caídas, atropellos y aglomeraciones se podrían evitar si los usuarios y las autoridades trabajan juntos para concientizar sobre la importancia de seguir las normas de seguridad y respetar los espacios designados en las estaciones, pero, tranquilo, sabemos lo que piensa, es verdad, al tema de TransMilenio le nacen todos los días ramas nuevas que todos quisieran que mejoraran.