Esta dependencia a los celulares ha ocasionado que las personas lo lleven a todos lugares y no se alejen del dispositivo móvil ni un momento, pues para los usuarios es indispensable estar siempre conectados.
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Por eso, en un mundo cada vez más conectado, es común que llevemos nuestros celulares a todas partes, incluso al baño. Sin embargo, expertos en salud y tecnología han descubierto que esta práctica, que parece inofensiva, puede traer consecuencias para la higiene y la salud.
Un estudio reciente, realizado por investigadores de la Universidad de Arizona, reveló que los dispositivos móviles están cubiertos de gérmenes y bacterias, incluyendo coliformes fecales. Esto se debe a que muchas personas no se lavan las manos adecuadamente después de ir al baño y luego tocan sus celulares, transmitiendo así estos microorganismos a la superficie de los dispositivos.
El uso del celular en el baño también puede tener efectos negativos en nuestra salud. Al permanecer sentados en el inodoro mientras estamos distraídos con el teléfono, prolongamos el tiempo que pasamos en el baño y esto puede aumentar el riesgo de hemorroides y problemas intestinales.
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Además, mirar fijamente la pantalla pequeña del celular mientras estamos en una posición incómoda puede ejercer presión adicional en el cuello y la espalda, lo que puede llevar a problemas posturales y dolor crónico a largo plazo.
Por lo anterior, es aconsejable dejar el teléfono fuera del baño y utilizar el tiempo en el inodoro para relajarse, sin distracciones tecnológicas, lo que puede ser beneficioso para el bienestar mental.
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