Tras una larga espera que comenzó con la parte más dura de la pandemia, en pleno confinamiento, y que siguió alargándose en las sucesivas olas y brotes, Vive Latino consiguió, al fin, sellar con éxito su primera edición española. El famoso festival de rock nacido en México llegó a Zaragoza para quedarse después de una respuesta del público mejor de la esperada y cubriendo un bache que una de las ciudades más pobladas de España, situada a medio camino en carretera entre Barcelona y Madrid, no conseguía cubrir: tener un festival de música propio y a gran escala. Y parece ser que lo ha conseguido.
Se presentaron 35 grupos y solistas repartidos en dos días y en tres escenarios diferentes. El inicio del viernes 2 de septiembre fue muy fuerte, tal vez demasiado, con los Babasónicos y su magnetismo escénico infalible e intacto pese al calor intenso a las 18h. A continuación, su vecina trasandina Mon Laferte cautivó a todo el público y fue la previa perfecta para Aterciopelados, con una Andrea Echeverri en su mejor versión, dándolo todo en el escenario y rodeada no solo de banderas colombianas sino de varios países latinoamericanos. Entre los hits inevitables (Bolero falaz, Florecita rockera y Baracunatana), Andrea se tomó unos minutos para confesar su amor platónico por Enrique Bunbury, ausente con aviso en el festival y nacido en Zaragoza, una ciudad que hasta le ha dedicado una calle a los Héroes del Silencio. El viernes continuó con los inmortales Molotov, siempre prolijísimos y potentes en vivo, aunque un tanto apagados en las voces, y la música electrónica del dúo peruano residente en Berlín Dengue Dengue Dengue. De todos los nombres que presentó España durante el primer día del festival, el más destacado, con el mejor espectáculo en vivo y con el riesgo musical siempre en la vara más alta fue, sin lugar a dudas, León Benavente, la última gran sensación del indie ibérico, encabezados por el talento y el magnetismo escénico de Abraham Boba. Un show que estuvo muy por encima de los dos bandas más masivas del viernes: Vetusta Morla y Love of Lesbian.
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El sábado fue un día con mayor presencia española entre los cabezas de cartel, pese a que Bebe se bajó a último momento no solo del Vive Latino sino de toda la gira de 2022 (se desconoce el motivo). Amaral, Kase.O, Leiva e Iván Ferreiro fueron los nombres más destacados desde España, mientras que México demostró su calidad musical de país anfitrión de marca con las rancheras sampleadas de Instituto Mexicano del Sonido y la infalible y legendaria mezcla de los talentosos Café Tacvba. Todo eso en un día más nutrido que el viernes, con 19.000 personas frente a las 16.000 del día anterior, lo que dio un total de 35.000 personas para esta primera edición española del festival.
Algunos detalles para mejorar en la próxima edición: más barras y más puestos de comida para evitar largas colas, una mejor provisión de sombra para las tardes de calor en Zaragoza que suelen ser muy duras y, tal vez, abrir el line-up a bandas emergentes o que no necesariamente atraigan masivamente a tanto público. Y más allá de estos ajustes, la buena noticia es que esto continuará y ya se habla de un compromiso de cuatro años para cuatro futuras ediciones del Vive Latino en la capital aragonesa.
Por Laureano Debat
