El caso ocurrió el pasado 1 de octubre, en Italia, cuando Sebastián Galassi, un joven de 26 años, perdió la vida mientras se encontraba entregando un domicilio a bordo de un ciclomotor.
El joven, atropellado por una camioneta marca Land Rover, murió en el lugar de los hechos por la gravedad de los golpes que sufrió.
Sebastián trabajaba para la aplicación Glovo, de origen español y que tiene repartidores en Costa de Marfil, Marruecos, Portugal e Italia.
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El repartidor no pudo entregar el domicilio debido a la gravedad del accidente, por lo cual, el caso fue reportado en la empresa como incumplimiento de labores.
Lo más indignante del caso es que cuando la compañía se dio cuenta de que Sebastián había incumplido con la entrega del pedido, esta decidió despedirlo sin siquiera percatarse que el joven ya habría muerto.
En ese sentido, Glovo le envió un comunicado al joven informándole sobre el despido ocasionado por no “comportarse adecuadamente” y por “incumplimiento.
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La madre del joven fue la encargada de recibir el mensaje y con ello hacerlo público, denunciando la forma en cómo actuó la compañía, pese a que su hijo había perdido la vida mientras se encontraba cumpliendo con su labor.
“Lamentamos informarle de que su cuenta ha sido cancelada por incumplimiento de los términos y condiciones. El objetivo de Glovo es ofrecer una experiencia óptima a sus mensajeros, socios y clientes. Con el fin de mantener una plataforma sana y justa, a veces es necesario tomar medidas cuando uno de estos usuarios no se comporta adecuadamente”, fue el correo electrónico con el que Glovo despidió a Galassi.