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Justo en 1665, cuando Inglaterra se enfrenta a la peor epidemia, la recientemente viuda Grace Haverstock (Charlotte Kirk) lidia con los vejámenes de su casero y las torturas de Moorcroft (Sean Pertwee), un despiadado cazador de brujas, quien la acusa de ser una de ellas y la obliga a soportar las torturas físicas y mentales más brutales. El hecho lleva a la mujer a que el propio diablo se apodere de su mente.
Sinopsis
Mientras trata de superar el suicidio de su marido Joseph, Grace Haverstock (Charlotte Kirk) es acusada de ser una bruja tras rechazar a su arrendador. El mayor cazador de brujas de Inglaterra, el juez Moorcroft (Sean Pertwee), decidirá perseguirla incansablemente, y esto provocará que Grace comience gradualmente a perder la cordura, hasta hacer un pacto con el Diablo.
La gran peste y la caza de brujas
La caza de brujas fue el rezago de la gran peste cuando la inquisición quiso encontrar un chivo expiatorio a todos los males y decidió acusar a las mujeres, los herejes y los judíos de brujería. El especialista Wolfgang Behringer, historiador de la Universidad del Sarre, en Alemania, calcula que entre 1560 y 1630 murieron entre 50.000 y 60.000 personas a manos de la santa inquisición debido a que la iglesia, la mayor potestad en aquel entonces, temía la presencia del diablo en la tierra y debía erradicarla, así, muchos murieron en la hoguera y soportando torturas inimaginables.