Tinder

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Historias de Tinder que no resultaron para nada bien

Esta aplicación se ha convertido en una manera de estar conectado con otras personas, conocer gente nueva e incluso ¿por qué no? conseguir el amor de su vida.

Luisa Toquica

Tinder es la aplicación más utilizada para conseguir citas. Recién se creó, era descargada principalmente por jóvenes, pero al pasar de los años ha ido ampliando su público.

Esta aplicación se ha convertido en una manera de estar conectado con otras personas, conocer gente nueva e incluso ¿por qué no? conseguir el amor de su vida.

Su funcionamiento resulta ser bastante sencillo: crea un perfil a partir de su correo, número de teléfono o perfil de Facebook, selecciona las fotos que desea, se describe a sí mismo dejando algo que usted considere llamativo y empieza.

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Al ir al inicio de la aplicación, podrá seleccionar a las personas que le gustan o interesan. ¿Cómo hacerlo? deslice a la derecha si el perfil que ve es de su gusto, a la izquierda si no lo es y hacia arriba si definitivamente es su sueño hecho realidad. 

Aunque se han conocido grandes historias en esta aplicación, no siempre las cosas son maravillosas después de concretar las citas con las personas con las que se habló.

Aquí les dejamos algunas historias de Tinder que no resultaron para nada bien:  

–           “Ella me invitó a su apartamento, pedimos unas pizzas y me quedé a dormir, cuando empezamos a tocarnos me di cuenta que tenía las axilas bastantes peludas. Traté de no prestarle atención a eso y seguí mi camino, pero me di cuenta que la parte de abajo estaba exactamente igual. Al parecer ella lo recordó, me detuvo y me dijo que se sentía indispuesta.”

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–           “Hice Match con un chico divino, fuimos a un bar por unos tragos, risa va y risa viene, cuando me pregunta ¿qué tipo de humor te gusta? el humor negro, confieso, y empiezo a echar chistes antisemitas uno tras u otro, luego me doy cuenta que él se queda callado por lo cual me detengo. Soy judío me dice, empezamos a discutir y al final cada uno pago sus tragos y no nos volvimos a ver”.

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–           “Quedé con una chica despampanante directamente en mi casa. En cuanto se tumbó en la cama, me preguntó si tenía algo para pegarle. Le aclaré que no tenía intención alguna de ponerle la mano encima –al menos de esa forma– y se ofendió tremendamente. Al final, terminamos durmiendo cada uno mirando a un lado en la cama y ni nos tocamos. Me asusté”.

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–           “Aún recuerdo una de mis primeras citas a través de esta app, que quedé con un chico muy friki que me parecía muy guapo e interesantísimo y quedamos para tomar unas cervezas. Pues cuando llegué allí, resulta que estaban todos sus amigos. O sea, no había quedado con él, había quedado con cinco personas muy apasionadas de los cómics que hablaban de cosas que yo ni entendía, ni me importaban un pepino.”

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