En redes sociales se ha hecho viral la historia de Karen Areli Bocanegra Bustamante, quien estafó a sus amigos y conocidos con su emprendimiento, una supuesta venta de huevos al por mayor.
La joven de 24 años fue denunciada frente a las autoridades competentes por haber engañado a 30 personas aproximadamente.
La joven, hija de un pastor evangélico, inició su plan de estafa poniéndose en contacto con sus amigos del colegio y con algunos conocidos de la iglesia a la que asistía.
La joven peruana les exponía su idea de negocio haciéndose pasar con una excelente empresaria dedicada a la venta de huevo al por mayor. Karen logró que al menos 30 personas invirtieran, por lo que reunió 150 mil soles (184 millones de pesos).
Una joven madre, identificada como Mariela Torres, aseguró que confió en la buena fe de Karen y que invirtió lo que tenia dispuesto para sus estudios y para los gastos de ella y su hija, de hecho, fue una de las que demandó a la mujer en la comisaria del sector.
“Me estafó con S/12 mil. Me bloqueó. Me dejó sin estudios, estaba por graduarme”, Aseguró Mariela al medio local Latina TV.
Según el noticiero matutino, otra de las afectadas relató el modus operandi que usaba la joven para estafar a sus víctimas.
“A todos nos mandaba la misma foto. Nos mandaba fotos de faja de dinero, de los camiones de huevo. Yo la consideraba mi amiga”, aseguró una de las víctimas.
Elías Cuya, uno de los afectados, reveló que le brindó ayuda a Karen en uno de sus peores momentos, incluso le abrió las puertas de su casa cuando no tenía donde vivir.
“Nosotros depositamos la confianza porque era hija del pastor. Entonces ella nos cuenta de este supuesto negocio. Se le dio el dinero en efectivo, que fueron 5.000 soles”, reveló Elías, quién la hospedó de marzo a abril del 2022.
‘Domingo al Día’ un programa local en Perú realizó un reportaje sobre Karen Areli y dio a conocer que la joven de 24 años se daba la gran vida acosta de sus víctimas.
La joven viajaba, asistía a partidos, conciertos, restaurantes de lujo entre otras y siempre pagaba en efectivo.
“Iba a los centros comerciales, compraba ropa y luego la desechaba. Compraba perfumes de marca. Toda la ropa que usaba era de marca. Nosotros pensábamos que le estaba yendo bien”, aseguró una víctima.