Alcohol y volante son una combinación cero responsable, aunque por años las campañas de la policía de tránsito se han centrado en educar a los conductores para no conducir en estado de embriaguez, son cosas que siguen pasando. Algunas más graves que otras, según el grado de alicoramiento.
Las sanciones no se basan en la cantidad de tragos que usted haya dicho que tomó, sino por los miligramos de alcohol por cada 100 mililitros de sangre, debido a que la reacción del alcohol es diferente en cada organismo.
El grado que se refleja en el control que hacen las autoridades varía según características del cuerpo como la estatura, el peso, la complexión y el sexo de la persona, afectando los reflejos, reducen el campo visual y puede reducir la capacidad de reaccionar ante un imprevisto.
Las palabras “es que solo fue una” son de las más escuchadas por los policías, según Medicina Legal un solo trago o cerveza genera una alcoholemia de 20 a 25 mg/dL, por eso con solo una bebida en lata usted podría dar positivo en prueba de alcoholemia.
Dependiendo del grado podría tener varias sanciones como suspensión de la licencia entre 1 a 10 años, inmovilización del vehículo y una multa económica. Entre 90 a 1.440 salarios mínimos diarios legales vigentes.