Carlos es procedente de Soacha, Cundinamarca, pero salió años atrás a Ecuador por la violencia del país. Luego terminó en Ucrania gracias a su suegra. Ahora vive otra odisea pues se vio obligado a dejar el país por los ataques que empezaron el 24 de febrero.
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“El segundo día de los misiles no pudimos salir, los pasajes llegaron a costar 600 euros por cabeza (…) Por suerte nos encontramos a un señor y mi esposa le dijo que teníamos una bebe y una niña, nos logró sacar hasta la frontera con Polonia”, expresó el colombiano.
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Actualmente se encuentra en Hungría «más relajado» de la situación que se vive en Ucrania. Escuche la entrevista completa en La W.