El denominado caracol africano se convirtió en una nueva amenaza contra la salud en diferentes municipios que hacen parte del departamento de Cundinamarca. Como su nombre lo dice, esta especie no hace parte de Colombia, y tiene ciertas cualidades que sirven para fines estéticos, medicinales y hasta alimenticios, aunque su llegada al país, al parecer, fue de manera ilegal.
Por su parte, Jesús Humberto Patiño, director de la regional Tequendama de la Corporación Autónoma Regional (CAR), aseguró que esta especie se encuentra en gran parte del Alto Magdalena, Sumapaz, Tequendama, Gualivá, Bajo Magdalena y Rionegro.
¿Y por qué es peligroso?
Esta especie se alimenta de vegetales, cuerpos en descomposición y hasta estructuras como paredes, bloques y ladrillos. Para países tropicales, como Colombia, el caracol africanos es una amenaza, ya que es capaz de atacar a 800 especies de plantas y frutas como la papaya, el melón, el plátano; además de árboles de cacao, caucho y café.
Según la Secretaría Distrital de Ambiente, el caracol africano trasmite parásitos y bacterias que pueden causar la muerte a personas o animales.
«Por medio de su baba causa graves enfermedades en el sistema nervioso central como la inflamación de la corteza cerebral, o perforaciones en el tubo digestivo. Sin mencionar que acaba con cultivos, generando grandes pérdidas económicas”.
Dentro de sus características, la concha del caracol africano puede medir hasta 20 dentímetros de largo y termina en punta, además que su cuerpo es de color marrón oscuro. La concha tiene bandas de colores amarillo claro, violeta y café.