La historia que llega desde California, Estados Unidos, tiene como protagonista a Annabelle Jefferson, una mujer de 46 años que se ha calificado como «fea», y en su afán de encontrar a los culpables por su imagen física, pues sus papás terminaron pagando por la pena que la aqueja.
La mujer no solo se conformó con culpar a sus padres, sino que también decidió demandarlos por una suma de $2 millones de dólares. Para Annabelle, esta suma es el equivalente a tener que pesar con la culpa de ser fea, alegando que esto le ha costado 3 divorcios, depresiones y problemas psicológicos.
“Mis dos padres son tan feos, que es simplemente cruel que tuvieran hijos. No había manera de que se les haya permitido reproducirse”, asegura Jefferson, culpando a sus padres por haberle dado la vida.
De paso, hace un llamado al gobierno de su país para evitar que las personas feas tengan hijos y que estos acarreen con los problemas que ella ha llevado de por vida.
“Deberían existir programas gubernamentales para esterilizar a las personas feas o al menos impedirles que tengan hijos».
En cuanto a sus problemas psicológicos, la mujer asegura que sus exparejas han sido personas muy crudas al criticarla.
“Durante mi primer divorcio, mi ex marido le dijo al juez que cada mañana cuando veía mi rostro sentía náuseas y a menudo tenía que correr al baño a vomitar”. En un segundo intento de matrimonio, la mujer contó que su nuevo esposo también le pidió el divorcio después de verla.
“Mi último marido estaba casi ciego, pero recuperó el 40% de su vista después de una cirugía ocular exitosa. Me pidió el divorcio a la siguiente semana”.