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Ibrahim Unverdi y su esposa Dilek, quienes son los propietarios del establecimiento, están actualmente con protección de las autoridades ante el peligro en el que se encuentran a causa de las constantes amenazas que están recibiendo por parte del antiguo trabajador, identificado como Ramazan, quien fue el responsable de contaminar el líquido que su jefe después bebería.
«Es la primera vez que oigo hablar de una técnica de asesinato tan extraña. Gracias a Dios no he enfermado, podría haber infectado con COVID-19 a mi familia y a los que me rodean. Al menos, si me disparan en la cabeza, yo sería el único que moriría», relató Unverdi, quien afirmó que, ante el fallido intento, Ramazan le envió un mensaje amenazándolo con atacarlo con un arma de fuego.
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Ante lo ocurrido, la pareja decidió denunciar a su empleado por comportamiento amenazante e intento de homicidio. Asimismo, la Fiscalía turca está en la búsqueda del exempleado mientras la familia se mantiene segura en su hogar con acompañamiento policial.