Tragó más de 50 imanes para ser «magnético» y lo único que atrajo fue una cirugía

Diego García Rico

El sueño de la infancia de convertirse en superhéroe aún se mantiene intacto, y fue así cómo lo demostró un joven británico de 12 años, quien en su afán de volverse «magnético», optó por arriesgar su vida con tal de convertirse en todo un personaje de película.

Rhiley Morrison, como es el nombre del niño que se convirtió en paciente, se comió unas bolas magnéticas con la misión de hacerlas llegar a su estómago y de esta manera convertirse en todo un hombre que atrajera poderes, pero la curiosidad le atrajo una mala pasada y por esta razón su estómago sufrió graves daños.

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Una vez pasaron cuatro días después de su experimento, sus padres lo llevaron de urgencias a la clínica para extraer los imanes que había tragado, donde sacaron de su cuerpo un total de 54 esferas.

«El cirujano dijo que si Rhiley no me decía ese día que se había tragado los imanes, podría haber muerto», aseguró Paige Ward, madre del pequeño para el Daily Mail.

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Durante su intervención, el pequeño fue alimentado por medio de una sonda, además vomitó un liquido color verde como consecuencia de la inflamación de sus intestinos causada por su experimento.

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