Mirar 20 años atrás y encontrarse con el álbum debut de Gorillaz es volver a un trabajo que sorprendió a la industria y a los fanáticos, rompiendo los paradigmas de una época en la que MTV era el rey de la difusión de la música mainstream.
En la década de los 90’s Inglaterra y gran parte del mundo fueron testigos del reinado del Britpop comandados por bandas como Blur, Elastica y Oasis, sin embargo, para inicios del nuevo milenio, la popularidad del género pasó a un segundo plano, obligando a muchos de sus protagonistas a buscar nuevos horizontes.
Damon Albarn, acompañado por Jamie Hewlett, decidieron crear una banda luego de estar hastiados de los artistas sobre producidos y prefabricados que tanto se replicaban en la famosa cadena de videos MTV, el proyecto buscaba crear alter egos para desprenderse de la fama y darle la prioridad al proceso creativo, siendo materializado en el disco ‘Gorillaz’ de 2001.
‘Gorillaz‘ fue el álbum debut perfecto para una banda virtual que estaba a punto de conquistar los oídos del nuevo milenio, en una hora logran mezclar varios estilos y sonidos, pasando por el trip-hop e indie rock, en algunos momentos acercándose a la música latina, el reggae, el hip hop, la electrónica y hasta el punk. Todo esto constituye un paisaje sonoro diverso que tiene saltos discordantes entre el tracklist, un detalle que hace que la escucha del disco se mantenga interesante.
‘Re Hash’ da inicio al disco, un tema con matices pop, sencillo y agradable, dejándonos con una dulce sensación a primera oída, acompañada de loops, un coro pegajoso y una guitarra juguetona que conecta con la siguiente canción; 5/4 en la cual se puede sentir la influencia del britpop, experimentando con samples, bajos llenos de groove y guitarras contundentes. Con ‘Tomorrow Comes Today’ nos encontramos con el primer bajón emocional del disco, una canción más mística e introspectiva, desde su sonido hasta su letra, una crítica a la era digital que está por llegar, imprescindible la armónica que ya ha hecho parte de varios tracks.
‘New Genious (Brother)’ retoma el camino por el que la banda nos ha llevado hasta este momento, y nos adelanta la mezcla que encontraremos en la siguiente canción, con elementos propios del hip hop como samples y scratches para dar paso a la canción que durante años ha sido protagonista de este disco y del catálogo de la banda, ‘Clint Eastwood’, que no tiene ese nombre por casualidad pues está llena de referencias al cine western y a El Bueno, el feo y el malo. La melódica, uno de los instrumentos protagonistas, todo el tiempo nos da un aire al viejo oeste acompañada de un loop de guitarra bajo y batería hipnóticos, y hablando de hipnosis, la colaboración en los rapeos de Del Tha Funky Homosapien, como un zombie que posee el cuerpo de Rusell termina de dar a la canción todos los elementos que la convirtieron en un himno anacrónico.
‘Man Research (Clapper)’ se presenta como uno de los temas más experimentales de todo el disco, los lamentos de 2D sobre una base inquietante hacen eco en la cabeza del oyente, hablando acerca de la esquizofrenia, medicamentos; es una tonada escalofriante y quizás una canción muy larga. En contraposición tenemos a Punk, que se presenta con muchos claps, snares y sintetizadores; alegre, ágil y divertida.
La segunda parte del disco llega con ‘Sound Check’ que se exhibe con un aura mística, pero sabe hacer una transición con samples y scratches a una sensación más cálida y tranquila, aquí se destaca la labor en producción por parte de Dan The Automator. Con ‘Double Bass’ terminamos de conocer el lado experimental y más alejado de lo comercial por parte de Albarn, acercándose al dub y la electrónica, a veces asemejándose al sonido de un ascensor o de una pausa comercial, con un mensaje en la mitad corto, pero contundente. “All of which makes me anxious, at times unbearably so…”
‘Rock The House‘ es una de esas canciones que nos llevan a los picos alegres y bailables del disco, con instrumentos de viento que suenan jazz y un piano muy propio de la música latina que de vez en cuando se asoma antecedido de una flauta dulce, el hip hop viene por parte de Del The Funky Homosapien.
Con ’19-2000′ nos acercamos a la figura enigmática de Noodle, interpretada por Miho Hatori, y en los coros Tina Weymouth de The Talking Heads ayuda a crear una onda más femenina y juguetona en una de las canciones que más sobresalen del disco para dar paso a la colaboración más atrevida, legendaria y bien lograda del disco Latin Simone (Que pasa contigo) a cargo de Ibrahim Ferrer, de Buenavista Social Club, en donde se mezcla la psicodelia con ritmos propios de la música latina como el boogaloo y el son cubano.
‘Starshine‘ nos anuncia que el disco está por terminar, con una transición lenta e introspectiva, acompañada de teclados filtrados. Slow Country es una canción optimista que nos acaricia con mucha calidez; divertida y con sonidos que transportan al final de la noche, para culminar el disco con ‘M1A1’ una canción intrigante, llena de suspenso, intensa y arriesgada, quizás más cercana a algunos sonidos de Blur, pero conservando la esencia que quiere transmitir Gorillaz.
El debut de Gorillaz suena futurista para su tiempo, incluso hoy en día es un disco arriesgado por las diferentes perspectivas a lo largo de su tracklist, mostrando ápices de la versatilidad que al día de hoy ha demostrado Damon Alburn fuera de su historia con Blur y la época del Britpop.
‘Gorillaz’, el álbum, se presentó como la antesala perfecta de lo que sería en años posteriores la banda virtual más reconocida de nuestra era; revolucionaria, innovadora y siempre en busca de su propio estilo y su propuesta visual.