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En el hospital Heartlands, en Birmingham, Inglaterra, ocurrió un hecho que tiene a todo el mundo anonadado, ya que una enfermera se robó la tarjeta de una paciente que había acabado de morir por COVID-19 para ir a comprar papas fritas y más snacks dentro de su turno.
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Según el portal Birmingham Crown Court, la mujer, identificada como Ayesha Basharat, de 23 años, tomó la tarjeta de una mujer de 83 años que había acabado de fallecer, y la utilizó 17 minutos después de que se registrara la hora de la muerte.
De acuerdo a la Policía de West Midlands, la trabajadora de la salud usó la misma para comprar diferentes papas fritas y snacks de una máquina expendedora del hospital. Más tarde, volvió a utilizar la tarjeta en una compra similar y luego lo intentó dos veces más. Todo quedó registrado en las cámaras de seguridad del lugar.
Después de esto, la familia optó por bloquear la tarjeta, por lo que Basharat fue sorprendida por las autoridades durante su turno, quienes la arrestaron y descubrieron que esta tenía el elemento de pago en su poder. La mujer se defendió manifestando que había confundido su tarjeta con la de la difunta, pero las autoridades descubrieron que eran de dos colores diferentes y que ella estaba mintiendo.
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Ayesha fue suspendida de su trabajo y posteriormente fue sentenciada por robo y fraude en el Tribunal de la Corona de Birmingham; tendrá que cumplir dos periodos de 5 meses en la cárcel, los cuales están suspendidos por 18 meses.
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