Watts, quien se fue de este mundo a sus 80 años, estuvo desde el inicio con los Stones y, aunque hizo parte de una de las bandas más polémicas y escandalosas de todos los tiempos, siempre se mostró como un hombre tranquilo y de familia, todo lo contrario a lo que se presume de una estrella de rock.
En su vida estuvo acompañado por su esposa Shirley Ann Shepherd, su hija Seraphina y su nieta Charlotte. A pesar de que Watts tuvo una época oscura con las drogas, logró salir de ello gracias al amor y apoyo de su pareja, con quien estuvo durante seis décadas y con quien formó una de las relaciones más sólidas dentro de la industria musical.
Aunque su vida como baterista de los Rolling Stones fue tranquila, su talento logró marcar generaciones y dejar, sin duda, un gran legado en la historia del rock, que hoy en día honra su increíble destreza a través de los ritmos que tocó durante más de 50 años junto a la banda liderada por Mick Jagger.
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