Su nombre es Josefa Feitosa y trabajó gran parte de su vida en el sistema penitenciario de Brasil. Luego de alcanzar su pensión, decidió vender todo y junto lo que recibiría por su jubilación se costeó los viajes por el mundo.
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A través de su cuenta de Instagram (@joviajando), muestra todos los lugares que ha recorrido recientemente. A pesar de lo bien que la pasa, las críticas no se han hecho esperar.
Algunos consideran que ha sido un poco egoísta con sus nietos. Sin embargo, ella se defiende diciendo que tiene derecho a tener una vida propia, además que quiere inspirar a otras personas que abandonaron sus sueños por compromisos familiares.
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