El pasado 6 de octubre el mundo del rock despedía a uno de los músicos más significantes, Eddie Van Halen, quien perdió una larga batalla que mantuvo durante varios años contra el cáncer.
Aquel día, Wolfang Van Halen, su hijo, fue el encargado de revelar la noticia del deceso de su padre, con un dolor profundo confirmando que el guitarrista había perdido la vida.
«No puedo creer que tenga que escribir esto, pero mi padre ha perdido su larga batalla contra el cáncer. Él fue el mejor padre que se puede tener. Cada momento suyo en el escenario y fuera de él fue un regalo», escribió Wolf en aquella oportunidad.
Después de dos meses de la muerte del músico, el portal TMZ, encargado de revelar en exclusiva el certificado de defunción de Eddie Van Halen, donde afirma que el músico falleció a causa de un accidente cerebrovascular o derrame cerebral. De paso, a la suma de sus enfermedades, también se le diagnosticó neumonía, síndrome mielodisplásico de la médula ósea y cáncer de pulmón. Además, el documento apunta que Van Halen padecía importantes dolencias como cáncer de piel en la cabeza y cuello y una frecuencia cardíaca irregular.
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Dichos diagnósticos y enfermedades que padecía el guitarrista sumaron las consecuencias que acabaron con su vida a sus 65 años.
Con la publicación del documento también se conoció que Eddie Van Halen fue incinerado 22 días después de su muerte.