El aparato se guarda en un bolsillo que se encuentra situado en la parte posterior de la prenda, a la altura de la nuca. Desde ese punto controla la temperatura de la tela a través de una aplicación móvil y, por extensión, también regula la del resto del cuerpo. Esa misma idea pero al revés ayudaría a mantener el calor en invierno.
La batería tiene una autonomía de 90 minutos, y tarda solo dos horas en cargarse. Los planes de Sony pasan por sacar al mercado este invento por un precio de cien dólares en 2020, coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Tokyo.