El número cada vez mayor de personas que parecen creer que el planeta tierra es plano tiene un origen concreto: YouTube. Un nuevo estudio de la Universidad Técnica de Texas ha llegado a esa sorprendente conclusión después de que sus investigadores acudieran en 2017 y 2018 a los principales encuentros de los defensores de esa teoría en Raleigh, Carolina del Norte, y Denver, Colorado, respectivamente.
Una vez allí entrevistaron a treinta individuos, de los cuales 29 reconocieron que dos años antes jamás se habrían planteado siquiera dar credibilidad a la posibilidad de que el planeta tierra no tuviera forma esférica. El detonante de ese cambio de mentalidad fue, precisamente, el material audiovisual que se puede encontrar en la plataforma propiedad de Google bajo títulos como ‘200 pruebas de que la tierra no es una bola giratoria’, al que la gran mayoría solo accedió para rebatir esa idea, pero que para su sorpresa sus argumentos consiguieron convencerles.
«Es cierto que hay un montón de información muy útil en YouTube, pero también hay una cantidad alarmante de contenido falso. Creer que la tierra es plana no es, necesariamente, peligroso o dañino en sí mismo, pero viene acompañado de una desconfianza cada vez más generalizada en las instituciones y en la autoridad», apunta la profesora Asheley Landrum, que encabezó la investigación.
La solución a esa problemática se encuentra, en su opinión, en manos de la propia comunidad científica, que debería aumentar su presencia en ese tipo de medios para contrarrestar y desacreditar las teorías conspirativas. Por otra parte, también reconoce que la popular app de streaming no puede hacer nada al respecto mientras esos vídeos no violen la normativa de su contenido, que últimamente se ha modificado para prevenir la popularización de retos o bromas peligrosos, pero también apunta a que podría modificar su algoritmo con el objetivo de favorecer el posicionamiento del contenido veraz y probado.