Aunque esa última meta pueda sonar algo lejana y más propia de una película de ciencia ficción, lo cierto es que el director general del departamento de drones de Intel Anil Nanduri -toda una autoridad en el sector- está convencido de que en menos de media década comenzarán a verse los resultados de todos los avances que se han venido realizando en ese campo.
«Sin duda alguna comenzaremos a ver coches voladores en unos cinco años. ¿A gran escala? Probablemente no, pero definitivamente comenzaremos a verlos surcando los cielos», ha afirmado.
Pese a reconocer que aún quedan muchos problemas de ingeniería por solventar, relacionados con la duración de las baterías o la contaminación acústica, a Nanduri no le cabe ninguna duda de que ese medio de transporte es el futuro al suponer la única solución a los problemas de tráfico que cada vez afectan a más grandes ciudades.
Por el momento, los pesos pesados del mercado ya se han puesto manos a la obra para convertir sus predicciones en una realidad: la compañía británica Rolls-Royce ya anunció a mediados del año pasado que había desarrollado un nuevo sistema de propulsión con el que esperan comercializar el primer taxi volador en algún momento de la próxima década, y también han unido fuerzas con Aston Martin para crear el «deportivo volador del futuro» que será un vehículo híbrido con espacio para tres personas.