«Al principio pensábamos con optimismo que estábamos dando poder a la gente. Sin embargo, ahora tengo la impresión de que le hemos dado un arma cargada a un niño de cuatro años, con todo el peligro que eso implica», ha asegurado Wetherell en una sincera conversación con el portal de noticias Buzzfeed, en la que también ha reflexionado sobre el papel jugado por las redes sociales a la hora de intensificar prácticas como el acoso y la desinformación.
«Me daría un aprobado raspado en el apartado de responsabilidad social. Creo que hemos hecho grandes progresos en este sentido, pero estamos hablando de logros aislados e insuficientes. Y sobre todo hemos puesto la carga de la prueba y toda la responsabilidad sobre las víctimas de abuso (y eso es un suspenso de los grandes)», explicaba en una reciente ronda de preguntas y respuestas.