Lo que se creería debería ser una buena noticia para los trabajadores de la compañía, se ha convertido en una total molestia para algunos, pues no paran de chocar contra los cristales.
Los accidentes se han vuelto tan frecuentes, que los empleados ya están acostumbrados y familiarizados. Sin embargo, han tomado medidas para que disminuyan, como notas en cada pared aclarando si es una puerta o un simple muro.
Apple Park fue el sueño que tuvo siempre en mente Steve Jobs, y aunque no este para verlo, la compañía se siente muy orgullosa de su nuevo cartel general.