La graciosa escena sucedió en el Mané Garrincha, de Brasilia, cuando jugaba el Flamengo contra Vasco da Gama, cuando Luiz Gustavo saltó por la pelota y terminó derribando a su compañero Bruno Silva, quien sufrió tres golpes en segundos: el primero cuando lo embistió su compañero, el segundo cuando cayó al césped y el tercero cuando un defensor le cayó encima.
Sin embargo los paramédicos estaban listos para atender la urgencia, pero la que no estaba lista era la ambulancia, pues los jugadores tuvieron que empujar el vehículo después de que se quedara varado en medio de la cancha.
el jugador de 30 años fue sometido a una tomografía de cráneo y otra cervical, pero el examen no encontró nada comprometedor. De todos modos el futbolista tuvo que permanecer hospitalizado en Brasilia mientras el resto del equipo regresó a Río de Janeiro.
