Aunque suene increíble, imaginar que alguien sea capaz montarse a un ascensor para orinarlo, pues cosas así pasan en la vida real y pasó más exactamente en China.
El joven tuvo la brillante idea de orinar los botones, quizá con ánimo de trollear a las personas que abordaran el elevador tiempo después, pero la broma no salió como la tenía pensada.
El joven, después de orinar el panel provocó un corto en el ascensor y tuvo que esperar bastante tiempo para lo pudieran sacar de allí.