Los datos que recogió el Santa Monica Observer, apuntan que la artista habría muerto por envenenamiento intencional con fetanilo, un analgésico que podría superar 50 veces la potencia de la heroína.
Según los medios locales, una fuente que se mantiene en el anonimato dentro del Departamento de Policía de Londres, encontró rastros de fetanilo cerca de la cama de la cantante, detallando que O’Riordan había tomado excesivamente en analgésico para quitarse la vida.
Aunque aún no existe un comunicado oficial de la policía, la teoría de un posible suicidio de la artista es una de las versiones que más retorna en el caso, teniendo en cuenta que Dolores O’Riordan sufría de trastorno bipolar y depresión.