Se nombre es Marisa Papen, una modelo belga que sin más ni menos se fue hasta la Plaza de San Pedro para quitarse la ropa y así posar frente a la cámara para lograr unas fotografías que, artísticamente “son increíbles”, pues a los católicos no les pareció nada agradable y tomaron acciones legales.
Según contó la modelo a su propio portal web, en medio de la sesión de fotos, acompañada por el fotógrafo Jesse Walker, llegaron unos agentes de policía para pedirles sus pasaportes.
“Estoy justo a punto de ponerme los pantalones cuando de repente dos carros policiales conducen rápidamente hacia nosotros. Otros cuatro agentes se acercan a nosotros corriendo con sus porras y nos dicen: ¡pasaporte, por favor!”
Sin embargo la pareja fue llevada a la estación de policía. Fueron detenidos e interrogados por 10 horas y después los metieron a una celda:
“Allí estábamos de nuevo, tras las rejas en una pequeña celda con tierra y ceniza en el suelo. Jesse y yo nos miramos y nos echamos a reír”.
Esta es la segunda vez que la modelo es llevada a la cárcel después de una sesión de fotos; la primera fue en el Complejo del Templo de Karnak, cerca de la ciudad egipcia de Luxor.
Vean aquí las fotografías por las que fue juzgada:
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