La escena muestra al gran Randy Orton disfrutando de un día de descanso, pero no pudo evitar que uno de sus hijos se lanzara a la piscina sin antes hacerle la famosa RKO.
El luchador de 37 años esperó a que su pequeño tomara impulso, y cuando nadie lo esperaba, soltó a su mascota para que su hijo sufriera un poco al mejor estilo WWE.