Los uniformados llegaron a una vivienda de Puerto Montt (al sur de Chile) y presenciaron cómo se caían objetos sin una aparente explicación, e incluso uno de ellos manifestó ser atacado.
“Invoqué al diablo indicándole que se retirase del lugar y cuando estaba saliendo sentí un cuchillo que me rozó la espalda. Como andaba con chaleco antibalas, se pudo evitar alguna lesión”, dijo el policía.
La familia llamó a las autoridades para declarar que en su casa «levitaban las cosas» y ocurrían «microincendios» sin motivos. Además, que una silueta femenina desconocida aparece en sus vídeos y fotos y por las noches les pide a gritos que se vayan de la casa.
Luego de su paso por allí las autoridades no necesitaron más pruebas y ahora la historia le da la vuelta al mundo.