Dicen los entendidos que existe un placer incluso superior al de conducir una buena motocicleta y es hacerlo en caravana con un grupo de amigos. Algunos consejos a la hora de salir en caravana
Los paseos con amigos, en motocicleta, no sólo son una oportunidad para conocer otros terrenos y paisajes, sino también para fortalecer los lazos con la comunidad amante de estos vehículos. Sin embargo, existen algunos retos y variables a tener en cuenta antes de salir. Después de todo no todas las motocicletas, ni sus conductores, son iguales.
Lo primero es establecer algunos objetivos y códigos de comunicación en común. Por ejemplo, que todos sepan los lugares de destino y probables paradas a lo largo del camino. Si la dirección es algo complicada nunca sobra tener mapas o indicaciones de estos lugares. Actualmente y gracias a las redes sociales es fácil compartir esta información, pero nunca sobra confirmar que todos tengan los datos claros antes de arrancar.
También es conveniente elegir a una persona responsable, -un líder o capitán de ruta si prefieren llamarlo así-, que esté pendiente del bienestar de todos y de la integridad del grupo. En paseos largos las caravanas tienden a dividirse por lo que es bueno que alguien esté pendiente y que decida, de ser necesario, establecer paradas adicionales para reintegrar la caravana.
El capitán además debe imponer la velocidad del grupo e ir a la vanguardia para alertar sobre probables accidentes y decidir las acciones al respecto. También es su responsabilidad elegir al conductor que este al final del grupo (retaguardia), que debe ser un motorista experimentado que deberá vigilar a los rezagados e inexpertos. El motociclista de retaguardia también debe ser el responsable, en carriles con doble calzada, de cambiar de carril primero que todos para adelantar y, de esta forma, abrirle paso al resto de la caravana.
Pero no sólo los inexpertos son propensos a tener problemas en la carretera, pues los motociclistas con exceso de confianza también suelen ocasionar líos. Para hacer frente a esto es conveniente establecer algunas reglas de conducta y, de ser necesario, diseñar el orden y posiciones en que rodarán las motos para que, idealmente, cada motorista experimentados se haga responsable de uno con menor recorrido.
Es recomendable recordarle a los conductores audaces que no es necesario, ni recomendable, que hagan maniobras arriesgadas ni osadas. No hay nada que demostrarle a nadie y el objetivo de las caravanas es llevar al grupo de la forma más segura y amena posible. No competir por demostrar quién es el más rápido ni el mejor conductor.
En cuanto a logística es conveniente que todos compren gasolina al mismo tiempo en estaciones autorizadas para evitar sorpresas en el camino. Es cierto que las motocicletas tienden a rendir mucho más que otros vehículos pero nunca sobra ser prudente, especialmente cuando la caravana tiene motocicletas con diferentes cilindrajes y modelos.
Igualmente, en las paradas para comida es conveniente consumir alimentos ligeros durante el día y dejar la comida fuerte para la noche, de modo que el sueño no ataque en medio de las vías. También es tener pasabocas y agua a la mano, especialmente cuando se recorren terrenos con altas temperaturas.
Los códigos de comunicación también son muy importantes en las carreteras, especialmente las señales que ofrecen un modo rápido y sencillo de enviar mensajes de alerta o preocupación. Por lo que nunca sobra recordar las señales universales de los motoristas:
Por último, algunos consejos básicos: mantener una distancia prudente con el vecino de ruta, no adelantar en curvas, en cada parada contar y esperar hasta ale último integrante, verificar que la vestimenta sea la adecuada para el clima y, por supuesto, tener siempre la gasolina adecuada (que por cierto se calcula dependiendo de las necesidades de la moto con menor autonomía). No sobra decirle que lleve buenas gafas y una buena actitud que harán de cada paseo una experiencia inolvidable.