Daniela Ospina, desde su separación con James Rodríguez se ha vuelto la musa de muchos hinchas del Bayern, volviéndose la mujer ideal de todos.
“Siempre quise ser futbolista, pero mi mamá me dijo que por nada del mundo. Intenté con el basquetbol, pero un día llegué a la casa con la cara arañada y tuve que abandonar mi segundo deporte. Pero como no me podía quedar quieta, llegué al voleibol. Y no me fue mal”.
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