«Es algo que me imagino le pasa a mucha gente. Hay personas que tienen estos eventos que yo llamo de ‘extinción’, y que pueden ser psicológicos o físicos. Y sí, en mi caso fue una experiencia cercana a la muerte, pero no quiero regodearme en el sufrimiento porque vivimos en un mundo obsesionado con el minuto a minuto de las celebridades. Quiero hablar de ello de forma que la gente pueda verse identificada con lo que quiero decir», ha expresado en conversación con la revista Rolling Stone.
«Básicamente sentía que me ahogaba, que no podía respirar. Y soy cantante, así que todo lo que hago depende de esta capacidad. La energía también depende del aire, y en todo este proceso yo me ahogaba. Creo que nunca había estado tan asustado en toda mi vida, ni había tenido que soportar tanto dolor. El año pasado a estas alturas, tenía mucho miedo y me sentía muy solo, al no ser capaz de explicar lo que me pasaba», ha relatado.
Aunque parece haber superado definitivamente estos problemas y, de hecho, en los últimos meses ha demostrado estar claramente a la altura de una gira mundial mastodóntica como ‘The Joshua Tree’ -un periplo con el que U2 ha conmemorado el 30 aniversario de su homónima obra maestra-, Bono sigue hablando de su cuerpo como si de un defecto se tratara, ya que a su juicio no le permite exprimir al máximo su talento profesional.
«Cuando te haces mayor empiezas a recibir señales que emite tu propio cuerpo y te das cuenta de que, como me dice mi mujer Ali, no eres un tanque, que tienes límites… Pero en mi caso, es cierto que siempre he visto en mi cuerpo un inconveniente para hacer lo que hago, Edge [el guitarrista de la formación] siempre me recuerda sobre esta actitud que tengo. Pero bueno, me considero una persona afortunada, hay mucha gente que tiene que lidiar con cosas peores, como la de no poder contar con asistencia médica gratuita. Esa es otra razón que me anima a no contar mucho más sobre el asunto», ha aseverado.