Este es el caso de Travis Malouff, un ciudadano estadounidense de 42 años que al mejor estilo Homero Simpson entró a un concurso de glotones en una tienda de donas.
El reto era comerse una dona de 200gr en menos de 80 segundos, lo que hace que se nos venga a la mente un sinnúmero de azúcar combinado con calorías y grasa, pero para este señor eso pasaba a un segundo plano.
Lo que nunca imagino es que de tanto afán se iba a asfixiar al comer esa gigantesca dona, y para completar el caso, una joven de 20 años murió en un concurso similar en la universidad del Sagrado Corazón en Fairfield, Connecticut.