Esta mamacita, que está graduada de la escuela de leyes, tuvo una anorexia tan severa que su cabeza se empezó a quedar sin pelo y era tan poca la grasa que tenía que el sólo hecho acostarse en su cama era incómodo para su cuerpo.
El debilitamiento de Nekoman era tal que los mismos doctores le dijeron que tendría que usar una silla de ruedas para poder hacer actividades simples ya que el solo esfuerzo de caminar, le podía generar un gran esfuerzo a su corazón.
Aroosha no podía aceptar esta situación, “Tenía una pequeña voz en mi cabeza que decía: ‘están mintiendo, ellos sólo están tratando de hacer su trabajo”. Este fue el impulso que esta mamacita necesitaba para recuperarse. “Yo sabía que quería recuperarme. Estaba en un estado de choque por haberme hecho esto a mí misma. Trabajé con un psiquiatra y un nutricionista y fui recuperando mi peso gradualmente. En la medida que mi cuerpo se volvía más fuerte, mi mente también”.
Además, Nekoman aclara: “La anorexia no es una decisión, no tiene nada que ver con la vanidad. De hecho, es una adicción”.
Una foto publicada por Aroosha Nekonam (@arooshanekonam) el
Una foto publicada por Aroosha Nekonam (@arooshanekonam) el