Mikala y Michael adoptaron a Monty en Copenhague, Dinamarca, cuando él llevaba tres años en un refugio. Nadie lo quería porque su rostro lucía un poco diferente, pero esta pareja sintió una conexión inmediata con el felino.
No tener puente nasal y sufrir de incontinencia urinaria no ha sido ningún impedimento para que Monty crezca feliz en un hogar donde lo aman. Su enfermedad no es muy clara, los veterinarios simplemente la comparan con el Síndrome de Down que se presenta en los humanos.
[ttt_fotogaleria]