La verdad es que ninguno de los dos equipos estuvo bien. El Clásico fue aburrido, más luchado que otra cosa. No hubo tantas opciones de gol y al final algunos bostezos fueron inevitables. Omar Pérez, en Santa Fe, estuvo impreciso y cuando eso pasa la profundidad del equipo se pierde. El Calvo no la tenía clara y fue raro verlo fallar tanto. Aunque fue el mismo Pérez quien se inventó un par de jugadas para dejar a Osorio Botello en el área.
En el minuto 40, entre errores y poco fútbol, apareció Dairon Asprilla, debutante en Millonarios, para empujar un rebote que dejó Rufay en el área. 1-0 para los azules y final del primer tiempo.
Para la segunda parte SantaFe fue otro. Tuvo varias opciones que llegaron desde el cobro de Omar Pérez de tiros libres e, incluso, Botello y Anchico tuvieron las del empate. Firme Vikonis, arquero de Millos, para bloquear todo. Millonarios se queda con otro clásico y lo más importante para el ánimo del equipo: suma los primeros tres puntos … y en un clásico…