Los azules salieron ansiosos, casi nerviosos. No sabían muy bien qué hacer con el balón y prefirieron apostar por los pelotazos sin destino. Nacional, en cambio, tuvo la calma suficiente para dominar el campo, tocar la pelota y generar opciones. En apenas 15 minutos el verde se puso arriba. Machado se durmió en la marca, habilitó a Quiñones y éste aprovechó para dejar a Vikonis en el camino y definir. El Campín nunca hizo silencio. Había que alentar hasta el final.
Pero faltaba más. Cocca revolucionó las cosas y mandó a Robayo a la cancha. Millos jugando con tres centrales se volvió más potente y la recompensa llegó en el 74′. Macallister ingresó para cambiarlo todo; le dio ritmo, control y tranquilidad al equipo. Además, se animó con un remate desde fuera del área que se coló tras un rebote y decretó el 2-1 definitivo.
Gran actuación de Millonarios que supo corregir sus errores defensivos y darle vuelta al partido. La cita es ahora en el Atanasio y allá se va a quedar el alma. ¡VAMOS CON TODO MILLOS!