Los Embajadores olvidaron el fútbol goleador con el que arrollaron a Patriotas. El desorden en el mediocampo y los errores en defensa fueron protagonistas en el Campín. Millonarios empató 1-1 con Pasto y dejó escapar dos puntos en casa.
Maxi Núñez tuvo algunas opciones en el primer tiempo, pero el argentino no estuvo preciso. Ni siquiera un poco. ¿Qué pasó con la puntería, crack? ¿Dónde la dejaste?… Cada remate que cayó para él se fue a la luna.
Fue hasta el final del primer tiempo cuando el mismo Núñez levantó un centro que dio en la mano de un jugador visitante y el árbitro pitó penal. La única forma de llegar al gol. Jonathan Estrada cobró -como los grandes- y abrió el marcador.
En la segunda mitad, Rangel tuvo que ser sustituido por lesión y desde ese momento Millos desapareció. Pasto tomó las riendas y por momentos se convirtió en el equipo local -lastimosamente cierto-.
Vikonis, quien estuvo inseguro y eso es muy raro en él, derribó a Mosquera y la historia se volteó: penal a favor del Pasto. Ordóñez cobró y envió el balón al fondo de la red. Los Embajadores nunca se recuperaron y vieron cómo se escapaba el partido entre sus dedos. Poco fútbol en el Campín. Al menos por parte de Millos.
Hay que levantar cabeza y seguir sumando. La próxima cita es con Alianza Petrolera. De allá no podemos salir sin los tres puntos. ¡Vamos los Millos!