La mayoría resultan inofensivos, pero hay otros que escapan de cualquier sentido futbolístico, hasta el punto de espantar los «malos espíritus» en lugares infestados de cocodrilos.
En BBC Mundo recopilamos los más extravagantes que se han conocido hasta ahora.
La hiperactividad de Jamie Vardy
Muchos se preguntarán cómo el mejor jugador del fútbol inglés la pasada temporada pudo batir el récord de más partidos consecutivos anotando en la Liga Premier y guiar al Leicester City a su histórico título.
La respuesta, creerán, que se trata del trabajo de técnicos, nutricionistas o psicólogos.
Pero el mismo Vardy explicó el secreto en su más reciente autobiografía.
El jugador explicó que su fórmula es beber media botella de una bebida energética con porto la noche anterior a los partidos, además de agregar tres latas de Red Bull y una café doble expreso horas antes del saque inicial.
Necesidades del baño
Los ingleses John Terry y David James tienen una cosa en común con el exportero argentino Sergio Goycochea: rituales relacionados con el orinar.
Antes de cada partido, el capitán del Chelsea ha utilizado el mismo orinal en el ala derecha del estadio Stamford Bridge durante los últimos 10 años -así como escuchar la música de Usher, estacionar en el mismo sitio, sentarse en el mismo lugar en el autobus y utilizar la mismas espinilleras-.
James, por su parte, se dirigía al baño, pero no sólo para hacer sus necesidades, sino para escupir en las paredes.
Lo de Goycochea fue un poco más allá y ni siquiera se dio antes del partido.
El famoso portero contó que antes de la definición por penaltis frente a Yugoslavia en el mundial de Italia 90 tuvo ganas de ir al baño porque había bebido mucho líquido.
Como no tenía tiempo de ir a los vestuarios orinó sobe el campo. Argentina ganó desde los 11 pasos y cuando tuvo que definir nuevamente desde ese lugar en la semifinal contra Italia el popular «Goyco» volvió a dejar su marca en el terreno de juego.
Argentina volvió a ganar.
Bésame, bésame mucho
Pero la más famosa muestra de amor sucedió durante la Copa del Mundo de Francia en 1998, cuando Lauren Blanc besaba la calva en la cabeza del portero Fabian Barthez.
Entre ese ritual, la canción de Gloria Gaynor «I Will Survive» que escuchaban en los vestuarios y el aporte de un tal Zinedine Zidane Francia conquistó el título mundial.
Más que albahaca
El rumano Adrian Mutu fue conocido por poner algunas hojas de albahaca en sus calcetines antes de los partidos, pero también lo fue por su encuentro con un grupo de brujas.
Según cuenta la leyenda, el exdelantero del Chelsea fue advertido por las brujas que su carrera se estaba destruyendo por el maleficio que le había lanzado una de sus antiguas novias, pero Mutu le hizo poco caso y respondió que no estaba preocupado ya que los maleficios no podían tocarlos debido a que usaba su ropa interior al revés.
Coincidencia o no, la carrera del jugador rumano nunca volvió a ser la misma hasta el punto que tuvo que cumplir una suspensión de nueve meses alejado de los campos.
El último de la fila
A Kolo Touré le gusta ser el último jugador en entrar en el campo y es capaz de hacer cualquier cosa por hacerlo.
El problema es que en ocasiones perjudica hasta su propio equipo como ocurrió cuando formaba parte de las filas del Arsenal en un partido de la Liga de Campeones en 2009.
El central esperó a que su pareja en el eje de la defensa, William Gallas, fuera atendido de unas molestias para ingresar al campo después del entretiempo sin percatarse que el partido ya se había reanudado y Arsenal tuvo que jugar los primeros minutos de la segunda parte con nueve hombre.
Una vez que ocupó su posición, Touré fue amonestado por entrar en el campo sin autorización.
Y la de cocodrilos
Se reportó como un hecho en 2008 en la prensa local y algunas agencias internacionales de noticias se hicieron eco de la noticia.
Fue cuando la directiva del Midland Portland Cement, de Zimbabue, decidió llevar a sus jugadores a bañarse al río Zambezi para «alejar a los malos espíritus».
Lo que no anticiparon que las aguas del río estaba habitadas por hipopótamos y cocodrilos.
Según se informó, 16 jugadores entraron al río pero sólo 15 regresaron a la orilla por lo que se piensa que el futbolista que faltó se ahogó o se lo comieron.
INFORMACIÓN DE BBC MUNDO