Aunque hoy en día sea difícil de creer. En los primeros años de la existencia de la televisión, el gobierno federal estadounidense tenía prohibida la transmisión de anuncios.
Siendo así, los televidentes norteamericanos, no pudieron ver ningún anuncio televisivo hasta el 1 de julio de 1941, cuando la compañía Bulova Watch Co. interrumpió un juego entre los Brooklyn Dodgers y los Philadelphia Phillies.
El comercial era un video súper random de un reloj que venía acompañado de una locución que le daba a la audiencia un mensaje que duraba apenas segundos.
Bulova sólo tuvo que pagar $9 dólares por transmitir su anuncio.